jueves, 14 de septiembre de 2017

EL ANTERIORMENTE CONOCIDO COMO PROGRAMA 96



   Lo planificamos como un programa más, como el primero de la tercera temporada, el que hubiese hecho el número 96 en la historia de Destino: Wonderland, así se nos indicó antes del parón estival, lo hicimos fundamentalmente, como tantas veces, por amor al teatro, porque nada mejor que regresar hablando de algo que adoramos, lo conseguimos gracias a la inestimable colaboración de un jefe de prensa (Daniel Mejías) que valora a las personas por su trabajo y no los confunde o identifica con los medios a los que representan, fue posible gracias a la generosidad de actores volcados y comprometidos con su trabajo, eso que estrenaban pocas horas después, pero ninguno se marchó sin atender a todos los que querían charlar un rato con ellos y, sin embargo, esos testimonios, ese material impagable, ese compromiso personal con El cíclope y otras rarezas de amor hubiese quedado sin cumplir (aunque ya nos hubiéramos ocupado de la función en este blog), esas (estas) entrevistas hubiesen quedado inéditas puesto que las cosas han cambiado bastante en la radio casi de un día para otro, cuando ya habíamos pedido día y hora de estudio, cuando todo estaba en marcha, pero, honestamente, son miserias de este oficio periodístico que ahora no me apetece traer aquí y que quedan para otro momento (¿De verdad piensan que guardaré silencio? Si no he estado callado en otros momentos, ¡figúrate ahora que no tengo nada que perder -recordaré o informaré a quien no lo sepa que jamás hemos recibido ni un euro por nuestra labor en Onda Arcoiris-!). Pero, como digo, hablemos de teatro que es lo mejor: hasta el próximo domingo 17 pueden ver la función en los Teatros del Canal (si lo desean, pueden encontrar más información al respecto en la tonada del arpa a la que antes me refería: https://elarpadebecquer.blogspot.com.es/2017/08/pero-el-amor-esa-palabra.html) y después comienza la gira (técnicamente, continúa aunque sólo hubiese habido una representación antes del estreno de Madrid) que, de momento, tiene confirmadas plazas como Valencia, Bilbao o Torrent. La obra de Ignasi Vidal, quien también la dirige, recibe el aliento de Rayuela de Cortázar, ese magnífico y siempre sorprendente viaje literario y emocional, su acertada escenografía reproduce el juego infantil, sus personajes se mueven por azar (aunque con una coreografía muy definida y estudiada), o así podría parecer, en asuntos amorosos no debe darse nada por sentado ni sabido ni establecido. Lo demás, lo que puede contarse sin desentrañar todo el misterio (aunque cada espectador lo hará a su modo), sin afirmaciones categóricas ni reproducción de esquemas, sin dejar de interrogarnos, que lo cuenten cuatro de sus cinco intérpretes, con los que Pablo Vilaboy y un servidor tuvimos el placer y el honor de compartir una mañana de agosto.

   
   Muy popular gracias a series como Bandolera, Amar es para siempre o Velvet, Sara Rivero es Paz, alguien que ha idealizado el amor sin medida, creyendo en el viejo (y perverso) cuento del príncipe azul (o de la media naranja), que tiene un esquema en la cabeza y busca con quién encaja:



    

   
   El todoterreno Daniel Freire encarna a Sergio, malherido por una historia que ha terminado fatal, desconfiado ante la posibilidad de nuevos latigazos o de que llueva sobre mojado, escéptico al menos en apariencia:





   Manuel Baqueiro, el único intérprete (junto a Itziar Miranda y José Antonio Sayagués) que permanece desde el primer capítulo en la serie que comenzó a emitirse en 2005 como Amar en tiempos revueltos y desde 2013 se titula Amar es para siempre (tras el cambio de canal, de TVE a Antena 3), da vida en la función a Pedro, incapaz de tomar decisiones definitivas, sembrando la infelicidad, la duda, el miedo, negando y negándose oportunidades:





   Eva Isanta cambia su registro más habitual y que tanta popularidad le ha dado para hacerse cargo de Marta, mujer que anhela amar en plenitud y sentirse correspondida, alguien que no puede evitar rebelarse cuando le vienen con sublimaciones y estereotipos trasnochados y, sobre todo, falsos:


   Y esto fue todo por hoy (¿por el momento?) “Destino: Wonderland”, tal vez una especie de bonus track, el tiempo lo dirá, pero era una lástima desperdiciar el talento y la amabilidad de invitados de semejante calibre.